Wednesday, December 15, 2010


     A Vargas Llosa le interesa un comino lo que yo pienso, pero a mi interesa lo que él piensa por la sencillana razón que él es lo que se llama un intelectual público, una persona cuyas opiniones ejercen una influencia notable entre sus contemporáneos. Leo su obra literaria, porque me parece que es de lo mejor que se ha escrito, y se escribirá, en largo tiempo en esta lengua tan excelsa y, a la vez, disminuida por sus pares europeas. Leo su crítica literaria por la capacidad quirúrgica con que abre una obra o desuella un autor. Apenas leo su periodismo, su escritura política –con la honrosa excepción de sus memorias de campaña electoral "El pez en el agua", que se lee como una novela cuyo final ni siquiera el autor pudo imaginar en la más obscura de sus pesadillas, final que el autor mismo aún no le perdona a las circunstancias y a los personajes que determinaron el humillante destino de su personaje principal.

     Hace unos días el escritor recibió el Nobel e hizo un discurso político, lleno de certezas y aseveraciones, regaños y ponderaciones –nunca más ridículo que cuando se llama a sí mismo un "demócrata" y un "liberal" como si eso añadiera un adarme de calidad literaria a su obra, que no lo necesita, su obra si basta. No conozco de otro escritor que haya hecho una profesión de fe en otra cosa que no fuera la literatura en el discurso de aceptación de tan alto premio literario. Su larga perorata será olvidada en breve, quizás se salven algunos párrafos que no merecieron estar entre tanta sandez, estulticia, tanto falso alarde de civismo y mal escondido encono contra la realidad; de ahí su talante como novelista, que el pez (político que fue) muere por su boca literaria: "hemos incumplido", dice, "con la emancipación de los indígenas" pero llama a Evo Morales, presidente electo democráticamente a través de los medios de la democracia liberal, a la que dice estar entregado en alma, cuerpo (y bolsillo, eso lo digo yo), jefe de una "democracia payasa". Muere otra vez por la boca cuando su descomunal ego no supo distinguir entre la invectiva y el elogio más verdadero, la ya inmortal frase de Patricia, la esposa, "Mario, para lo único que tu sirves es para escribir". A Mario le falla eso que Pascal llamaba esprit de finesse, y algo de geometría, también.

     Como buen escritor, Vargas Llosa siempre remite a otras lecturas. Su discurso del Nobel me llevó a releer el de García Márquez, Octavio Paz y William Faulkner. Breves, así en el orden presentado, todos ellos: cuatro, dos, una página. El momentum de García Márquez: el comienzo del final de las dictaduras militares latinoamericanas, de los regímenes aupados, dirigidos y financiados por sucesivos gobiernos norteamericanos y sus agencias de inteligencia, la muerte indiscriminada, la pobreza extendida, los conflictos civiles, la criminalidad, la década perdida. El discurso político de García Márquez, aunque se percibe su tufillo izquierdista que dirían los que miran el mundo a derechas e izquierdas, está diluido en consideraciones de más largo alcance. Octavio Paz se pregunta, se pregunta muchísimo, con el oculto deseo, creo yo, que sus preguntas tuvieran por respuesta la confirmación de sus visiones, no la de sus temores. El más memorable es el de Faulkner, porque apunta a la condición humana, a su fragilidad y a su capacidad de prevalecer. No hay desencantos, no hay entusiasmos. Hay mesura, discreción, sutileza. Creo que ésta es la verdadera referencia moral, el resto es moraleja.

Tuesday, August 10, 2010


No sé por qué no habría de escribir sobre los cinco cubanos presos en los Estados Unidos condenados por una serie de delitos que van desde no registrarse como agentes de un gobierno extranjero hasta conspiración para cometer asesinatos pasando, claro está, por espionaje. El gobierno cubano les da tratamiento de héroes; para las huestes anticastristas son vulgares espías y cómplices de asesinato. Pienso que fueron juzgados sin apego a las tradiciones jurídicas norteamericanas y ello derivó en juicio amañado, unas convicciones cuestionables y unas sentencias desmesuradas. En buena ley, estos hombres violaron la legalidad norteamericana: no inscribirse como agentes extranjeros, falsa identidad, pasaportes falsos, pero no infiltraron estamentos de gobierno alguno, no "pasaron" secretos de estado a Cuba, es más sus informes a La Habana se le pasaron al FBI como pruebas de actividades criminales que se planeaban cometer en el propio territorio norteamericano. Los cinco presos fueron diez cuando el FBI desactivó la red Avispa. Cinco de ellos cedieron a las presiones de las autoridades; los otros cinco no aceptaron los cargos, fueron a juicio y hallados culpables. Estos últimos han pagado en demasía sus delitos, las violaciones que cometieron para cumplir con la misión de monitorear las actividades de ciertos exiliados, algunos de ellos acusados y convictos de actividades violentas o posesión de armamento por las mismas autoridades judiciales que condenaron a los agentes cubanos. No se pueden obviarlas circunstancias políticas que condicionaron, y condicionan, este caso. La justicia debe imponerse a la legalidad siempre que ésta impida la primera. Esos cinco presos deben ser repatriados y el capítulo zanjado en virtud de lograr una mayor distensión entre ambas naciones que conduzca al alivio de las tensiones, presiones y angustia en la vida de todos los cubanos, cualquiera sea la orilla de residencia.

Thursday, August 05, 2010

Comentarios de K redivivo. Sí, vale la pena.

Thursday, June 10, 2010

Última nota: Vivarium y Catalejo

Veinte años de Vivarium. Diez de Catalejo. Simetría de propósitos. Simetría de fracaso. Asumo toda la responsabilidad –la que emana de los propósitos y la que sulfura del fracaso. No se podía, no puedo, esperar otra cosa de mi que la audacia de los propósitos y la contundencia de los fracasos. Los textos publicados encontraran su cauce, en el momento oportuno, si es que lo ameritan. Los improbables amigos y colaboradores quedan exonerados, menos de la mentira y el deshonor –eso es un asunto de justicia divina, que lo poética no existe.

Thursday, May 20, 2010

Ayer, Mayo 19 (2010), día en que se conmemoraba, con toda la pompa fúnebre posible, la caída en combate de José Martí, en un programa radial de Miami (WQBA, Prohibido callarse, conducido por el periodista Roberto Rodríguez Tejera), el ex Subsecretario de Estado durante la administración de Bush, Roger Noriega declaró sin tapujo ninguno que lo que se buscaba crear en Cuba era el caos, que él y sus superiores preferían el caos a la estabilidad, que esa era la orden que se le había transmitido a James Cason, entonces jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba. El caos, no la estabilidad es lo que interesa a Estados Unidos, aseveró el ex funcionario. La prensa de Miami, nada, ni un cometario. Que un país como los Estados Unidos, tan poderoso, tan comprometido con los derechos humanos y la democracia, apueste a crear el caos en una nación con mil y un problemas, por las razones que fueren, con el fin de lograr sus objetivos es tan inmoral, tan repugnante, que solo la decencia aconseja dejar de lado a semejante personajes. Hace unos días el embajador norteamericano en México, dizque experto en cuestiones ambientalistas, nacido en Cuba, dijo en una conferencia sobre temas ecológicos que la naturaleza se iba a encargar de hacer lo que la política no pudo, desaparecer la isla. La prensa, nada, ausencia que no quiere decir olvido para los que aún apuestan por vivir con decoro. No vale la pena. La cuestión no se dirime entre castristas y anti-castristas; la cuestión apunta a fibras más esenciales, a la honestidad, a la ética. Cierra así "Comentarios de K". No vale la pena.

Friday, April 16, 2010

Nota Bene: Ayer, 15 de abril, parece que terminaron las cartas cruzadas entre Silvio Rodríguez y Carlos Alberto Montaner. Tenía escrito unos apuntes sobre el asunto. Me alegro que haya terminado. Me alegro por Silvio y por la música y por el arte y el por el buen gusto y por la ética. Después de todo se debe tener por muy cierta la advertencia de Jesús transcrita por S. Mateo (Mt. 7,6) "No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra vosotros y os despedacen."


 

Apuntes sobre un intercambio


 

  • Bien vale la pena leer la respuesta de Silvio Rodríguez al sicofante de Carlos A. Montaner. Éste último desde la impunidad que le otorga un periódico tan reprobable como El Nuevo Herald pretendió, con la futilidad y la villanía que le caracteriza, responder a una pregunta que nunca le fue hecha, una pregunta hecha en el cuerpo de un texto poético del propio Silvio. Pero, él, Carlos Alberto Montaner, el ideólogo del exilio cubano, el liberal moderno, que no deja pasar ocasión de poner en claro los infundios y calumnias del régimen respondió con esa manera suya serpentina, fingiendo la inocencia que nunca tiene, la claridad que no posee, en palabras de Silvio: "cortando y pegando". Realmente, lamento escribir esos dos nombres tan radicalmente distintos en la misma página; esos dos nombres, uno que evoca el lenguaje limpio, honesto, comprometido, otro que evade la transparencia, la honestidad y el compromiso; un nombre que enuncia la verdad y otro la mentira, las "argucias" que dice Silvio; un nombre que remite a la poesía y otro que
    exuda hipocresía.


 

  • Valga como pretexto lo anterior –pretexto para esclarecer cómo todo lo que acontece, o se dice, en, o sobre, Cuba, se trata de acomodar para hacerlo coincidir con los intereses de la política exterior de los Estados Unidos y del segmento reaccionario del exilio cubano. Los intereses del gobierno norteamericano que no han variado lo más mínimo de 1959 a la fecha –el inmovilismo y la lógica de la guerra fría están del lado de acá; los intereses de provocar y desestabilizar al gobierno cubano, de aislar al estado y al país cubano, de derrocar lo que llaman "la dictadura" para instaurar lo que llaman "la democracia", eufemismo por intromisión en los asuntos internos de Cuba, con el fin de retrotraer la nación cubana a la situación política y económica existente antes de 1959, situación de dependencia y vasallaje.


 

  • No existe voluntad de cambio en la política exterior norteamericana pero se exigen cambios políticos y económicos al gobierno de Cuba. La vieja treta neocolonial. Amparados en la retórica del cambio y de la nueva realidad global creada a partir del derrumbe del campo socialista y de la Unión Soviética, los adversarios históricos de la nación y de la Revolución cubana quieren pasar por modernos y moderados cuando en realidad son ellos quienes persisten en los viejos esquemas de dominación.


 

  • El gobierno cubano no ha dejado de estar bajo un estado de permanente agresión que ha combinado acciones y estrategias de todo tipo: desde conflictos militares abiertos, acciones encubiertas, campañas de desinformación y mentiras, supuestos defensores de derechos humanos y pacifistas. La frustración ante la ineficiencia de esas estrategias ha dado paso al invento de las más estrafalarias y fragrantes mentiras. Esta última campaña mediática mezcla a partes iguales la falta de imaginación y de escrúpulos. No es la primera vez que usan la muerte de inocentes o incautos para cebar y regar su odio incontenible.


 

  • Los cambios y ajustes que corresponden hacer en la sociedad cubana, la resolución de los agudos problemas económicos, de los conflictos sociales, de las limitaciones políticas de la ciudadanía, la renovación de las estructuras de administración y de poder son enteramente asunto de los cubanos y, particularmente, de aquellos que residen en la isla. Muchos de los que residen en el exterior han renunciado con su conducta y con sus acciones a sus responsabilidades ciudadanas como cubanos. Los cubanos deben ajustar su participación en ese proceso de cambio al respeto irrestricto de contribuir a crear lo que los constituyentes de 1901 describieron como la construcción de una "entidad independiente". Salvado ese principio, lo demás es negociable y debatible entre cubanos, sin tutelaje de ningún orden. La participación de los cubanos residentes fuera del territorio nacional debe estar condicionada por ese principio y por el reconocimiento de la limitación que impone no vivir en la realidad que se quiere transformar.


 

  • La relación del estado y el gobierno cubano debe ser reestructurada y regulada de manera que haga efectiva y duradera el respeto a los derechos de todos los ciudadanos cubanos residan donde residan y que no este sujeta a los caprichos e imponderables de la política cubano-norteamericana, salvo en los casos que la integridad y soberanía dela nación sean razonable afectadas.


 



 

Sunday, March 28, 2010

De las vicisitudes y ahistoricismo de la política y la prensa en Miami




     Hasta mi dilecto Armengol chapotea, y cito:

Varios factores conspiran para que en Cuba no ocurra lo que sucede en Argentina y Venezuela. El primero es que ya ocurrió y la represión fue total, durante los primeros años del proceso revolucionario. El segundo es que más allá de las simples turbas controladas que de nuevo se han visto en acción en los últimos días, el régimen cuenta con tropas adiestradas y vehículos antimotines, listos para poner fin a cualquier manifestación popular. A ello se une la existencia de una fuerza paramilitar, que ha demostrado su rapidez y capacidad represora en otras ocasiones.


Pero otro importante factor que demora o impide un movimiento espontáneo de protesta masiva es la apatía y desmoralización de la población. La inercia y la falta de esperanza de los habitantes del país. Su falta de fe en ser ellos quienes produzcan un cambio. El gobierno de los hermanos Castro ha matado --o al menos adormecido-- el afán de protagonismo político, tan propio del cubano, en buena parte de los residentes de la isla.”

     Estoy citando a uno de los más moderados y objetivos periodistas de El Nuevo Herald. El primer factor que cita, la confrontación de comienzos de la revolución, fue una clásica lucha de clases amplificada y manipulada por el gobierno norteamericano. El pueblo cubano apoyaba mayoritariamente la gestión revolucionaria; la represión fue una arma para establecer el poder revolucionario frente a los planes de desestabilizar y derrocar el gobierno revolucionario. El segundo factor es común a cualquier país, inclusive en los Estados Unidos tenemos tropas adiestradas y vehículos antimotines, listos para entrar en acción, si no que se le pregunte a los que se manifiestan contra la globalización. Los otros cinco factores son de una inconsistencia política que parecen más entresacados de un sermón de domingo de cuaresma que de un discurso racional, moderno, político. Aducir apatía, desmoralización, inercia, falta de esperanza, falta de fe como factores del no cambio es estar huérfano, no sólo de imaginación, sino de sentido histórico. Cualquier cubano con un mínimo de decencia y de amor propio se ofendería. Argüir esos factores como los que retardan el proceso de cambios en Cuba es ningunear a los cubanos, preterirlos como sujetos de su propia historia, para cuando el cambio llegue de la mano de los americanos estén tan apáticos, desmoralizados, desesperanzados, y descreídos que no opongan ninguna resistencia a la carnicería de los cuatreros de Miami (y no me refiero a los centenares de miles de personas que no abrigan otra ambición que la de relacionarse y ayudar a sus amigos y familiares en Cuba, los cuatreros son figuras públicas, con aire de respetabilidad dudosa y discurso trasnochado y decadente). Claro, todo este escenario de cubanos deambulando por las calles de las ciudades y pueblos del país sin sentido y hambreados sucede en la imaginación delirante de un sector de la comunidad cubana de Miami que se expresa en los medios de la ciudad con total impunidad. La orfandad moral y política llega al delirio de crear una realidad en la que sus deseos más íntimos e inconfesables se ajusten milimétricamente.

     Es un secreto a voces que la realidad cubana tras medio siglo de una experiencia política que ha afectado la nación hasta sus más profundas fundaciones está abocada a un proceso de revisión de esa experiencia histórica. El propósito es realizar los ajustes necesarios que redefinan y legitimare un proyecto social que dé solución de continuidad a las conquistas sociales y culturales de la revolución de 1959. Este proceso de revisión y ajuste no está por empezar –comenzó desde que la dirigencia política del país advirtió el posible descalabro de la comunidad socialista europea y se ha ido ampliando y complejizando tras los años agónicos del período especial y en los primeros del nuevo siglo. El debate en la sociedad cubana trasciende los medios oficiales y está instalada en los más diversos ambientes; cubanos de diferentes edades, posiciones y criterios participan de alguna manera en ese debate -unos con su palabra, otros con sus actos, palabras y actos no siempre del agrado de las autoridades. Ese no es un pueblo inerte. Es un pueblo sin el afán de protagonismo político que le reclaman desde el antagonismo de Miami. Cuba no es ni un monasterio dedicado a la adoración de una ideología ni una prisión llena de esclavizados habitantes; no es una nación adulterada; no es un fraude. Eso es tan ciencia ficción como lo fue el comunismo científico. La nación cubana es un cuerpo social vivo, atravesado por contradicciones, donde conviven como en cualquier nación del mundo zonas de luz y sombra, con una, a veces, exagerada opinión de sí mismo. La realidad no la cambia los deseos insatisfechos, las frustraciones, los odios, los rencores y hasta una inconfesada, e inconfesable, envidia de los cuatreros y sus ideólogos. Persistir que el cambio -que no es otra cosa que el afán de restaurar el modelo de sociedad anterior al 1959, como si el capitalismo que le tocaría a Cuba fuera el modelo opulento y consumista norteamericano y no un modelo de dependencia, despojo y desigualdad- no “llega” por el “desgaste” del pueblo debido a la “represión castrista” es insistir en un error de cálculos que aleja de la realidad a la vez que deslegitima, aún más, a los que se llaman opositores, disidentes, combatientes verticales, etc.

     Sería una falacia afirmar que la inmensa mayoría de la población cubana aprueba solícita y generosamente la gestión del gobierno cubano como solía ser durante los treinta primeros años de la revolución. La bancarrota política y económica de la Unión Soviética y la hostilidad reforzada de los Estados Unidos actuaron como una tenaza que amenazó con hacer colapsar al gobierno cubano y fracasar el proyecto de transformaciones sociales; y con la crisis económica hizo crisis por primera vez el pacto social con el que se inició la revolución de 1959 –justicia social a cambio de libertades políticas. Las actuales circunstancias nacionales e internacionales no le permiten al gobierno cubano repliegues ideológicos, sino ajustarse a una realidad distinta, a un mundo en el que el aislamiento es imposible. La nación cubana, su sociedad e instituciones, necesita refundar ese pacto en el que la obra social de justicia de la revolución y las libertades políticas y económicas encuentren su propia esfera de competencia y actuación. Hay crisis en Cuba, hay debate; y en Miami, como espacio simbólico de la oposición, hay crisis sin debate: todos, desde el más moderado hasta el más vertical recurren a los mismos argumentos que soslayan e ignoran la realidad: el pueblo cubano es necio y cobarde, el gobierno es brutal, por eso nada cambia. El tirón que jalonará un proceso de cambios en Cuba comienza aquí –cuando el gobierno americano desista de su hostilidad y planes injerencistas en relación con el futuro de la isla nación.

Tuesday, March 23, 2010

El sueño de anoche: mi padre y otro familiar, hombre y mayor de edad, me fueron a ver con algo que parecía una lápida y en las que había unas inscripciones, unos símbolos, que desdibujaban mi nombre en caracteres judíos. Mi padre y el otro hombre llevaban ese tipo de solideo judío, yarmulke, en sus cabezas, me mostraban la lápida y me decían: "al fin hemos podido encontrar la fuente de nuestro judaísmo". La lápida era blanca y los caracteres grabados, de un oro viejo. Me sentí dichoso y me puse la yarmulke que me alcanzó mi padre. Comencé a leer un libro y, entonces, desperté. ¿Sueño criptojudío? Tengo, en ocasiones, una conversación recurrente con mi madre sobre los vecinos judíos del edificio de la Habana Vieja donde vivía de joven. Ella era novia del hijo del matrimonio Rabinovich cuando éste murió en un accidente de tránsito. La historia de mi madre es que el padre del joven Rabinovich lo mandó a ejecutar por sus amores con una gentil señorita cubana.

Tuesday, March 16, 2010

Alejandro Armengol

Pienso en Alejandro Armengol con simpatía y compasión. La única vez que lo he visto fue en la pasada Feria del Libro y realmente la imagen me conmovió: paseaba lentamente por los bulevares del centro de Miami y de su brazo una dama, evidentemente su señora madre; él de unos cincuenta y tantos años de edad y ella ya mayor, con la nobleza que otorga el tiempo y el decoro de haberlo vivido bien dibujado en su rostro. Sí, pienso en Alejandro Armengol con simpatía y compasión; simpatía por el estilo de su escritura, la honestidad con que dice ciertas cosas, la pasión por la verdad, el deseo, la intención discernible de cultura y literatura en sus textos periodísticos; simpatía también porque acuerdo con él en determinados enfoques sobre la comunidad cubana de Miami y, ya se sabe, que no hay neutralidad en esos de los afectos de cualquier orden o desorden. Pero, ¡ay!, Alejandro Armengol trabaja, vive de un empleo en uno de los peores lugares de esta ciudad-estado de Miami, el periódico local cuyo nombre es, a la vez, un chiste y una indicación socio-lingüística. Alejandro debe sufrir la mediocridad y pacatería de sus ¿colegas? y de vez en cuando tiene que acudir a la retórica del patío sin la cual pudiera ser despedido inmediatamente de la plaza pública y condenado al ostracismo. Y no es que Alejandro Armengol no sea un anticastrista, claro que sí, lo es; le disgusta el gobierno de los Castro y la revolución, y le parece, además, que este último medio siglo ha sido de desventuras y pérdidas más que otra cosa. Pero Alejandro Armengol es una persona seria, que se toma responsablemente su profesión periodística y lo que parece ser su vocación más raigal, la literatura. Por eso paso por alto los artículos en los que se inclina ceremoniosamente sobre los temas-fuerza de la ciudad-estado: la represión en Cuba, la escasez y la crisis económica, la tiranía castrista y otros. Y, como ya dije, no es que no crea en lo que escribe, sino que no cree en cómo lo escribe. Razones de estilo que sólo algunos conocen.

Monday, March 15, 2010

Sobre El Nuevo…

Según ese hábito que Camus describió como moderno, ayer domingo, 14 de marzo, abrí el periódico local en español y encendí un cigarro, después del café del domingo en la mañana, y me encontré con un titular para alquilar balcones: "Pablo Milanés: hay que "condenar" a Castro si Fariñas muere." Busqué el autor del artículo: Por redacción de El Nuevo Herald. Enseguida supe que la manipulación y la búsqueda de sensacionalismo iban a ser la tónica de la nota de la redacción. Así que después de leer el artículo de marras, busqué la fuente original, la entrevista del cantante y compositor cubano en el periódico español El Mundo. Ahí estaba, flagrante y desnuda, la manipulación. Y no es que Milanés hiciera una defensa de la Revolución cubana como acostumbraba hacer años atrás -sin dudas es crítico, se percibe desilusión, ciertos ajustes en su retórica política- pero la suya no es una posición, me parece, de rompimiento con la Revolución y con el socialismo. La entrevista, cuyas preguntas me parecen hechas en un desusado tono en el que la oralidad y lo rocambolesco dejan poco espacio para la comprensión rápida, es menor. El artículo del periódico local busca hacer que los deseos de una parte de la comunidad de lectores coincidan con la realidad. Ambas, entrevista y refrito dadaísta, sugieren la Cuba real que busca reordenarse en un modelo legitimado por la satisfacción de las necesidades genuinas del pueblo cubano y la pretensión ilegítima de reordenar la sociedad cubana para satisfacer las frustraciones históricas de las "fuerzas vivas" de una clase apátrida y obsoleta.

Lo que me disgusta no es la oposición al modelo revolucionario y socialista -es el modo de ejercer el derecho a esa oposición: el uso de la mentira como herramienta para la confusión, el comprometimiento de la verdad histórica para que nuestras personales y legítimas heridas se sanen, y la falta absoluta de respeto a la mínima decencia y ética política que consiste en la búsqueda serena y honesta de la verdad.

Pablo Milanés: hay que "condenar" a Castro si Fariñas muere



 

Por Redacción de El Nuevo Herald


 

El trovador cubano Pablo Milanés afirmó el sábado en una entrevista con el periódico español El Mundo que "hay que condenar a (Castro) desde el punto de vista humano si Fariñas muere'' porque "las ideas se discuten y se combaten, no se encarcelan''.

El autor del conocido tema Yolanda afirmó que los revolucionarios cubanos se quedaron en el tiempo, "y la historia debe avanzar con ideas y hombres nuevos''. Amplió que "se han convertido en reaccionarios de sus propias ideas. Por eso he dicho que hace falta otra revolución, porque tenemos manchitas. El sol enorme que nació en el 59 se ha ido llenando de manchas en la medida en que se va poniendo viejo''.

A la pregunta de ¿en qué siglo le tocarán a Cuba las próximas elecciones?, el trovador respondió que no era pitoniso ni tenía alma de profeta, "pero quisiera que fuera cuanto antes. Más que elecciones, que en Cuba hubiera cambio, porque tampoco creo en las elecciones. Ese es un juego democrático entre comillas que también es una farsa''.

Al tocar el tema la libertad de expresión, el cantautor reconoció que tenía la oportunidad de expresar sus ideas más que los habitantes de la isla porque "tengo el privilegio de tener más información que mi pueblo''.

Al referirse al exilio cubano en Miami, Milanés aseguró que "es una libertad que buscan con toda honestidad los cubanos. A veces, muchísimos no la encuentran, porque no hay nada como estar en la patria de uno reclamando, pidiendo y exigiendo lo de uno''.

Milanés aseguró al final de la entrevista que todavía apostaba por "una Cuba con los Castro, pero con arreglos''.

El artista se encuentra de gira por España como parte de la presentación de su más reciente disco, Regalos.

 

'Quiero un cambio en Cuba cuanto antes'


 

Rafael J. Álvarez | Madrid


 

1- ¿Pero cómo se atreve a tararear nuestras canciones, doña Yolanda?
- (Se ríe) Muchas marcaron un hito en mi vida y creo que en la de mucha gente. Es increíble que el resultado del amor de una pareja en cualquier parte del mundo sea una canción mía. No entiendo ese poder insólito. Es algo maravilloso. Me han llegado a enseñar niñas que se llaman Yolanda por la canción. Para mí, no hay nada mejor que ver reflejada una pena en una pretensión de poesía y melodía. Es una forma de morir cortándose las venas en la bañera.

2- ¿Qué canta el canto del suelo?
- A la gente que ha dado su vida por la paz, la Justicia o el amor. Y canta a lo que da la tierra de cada uno. El pobre todavía anda desamparado por el mundo. Busca la justicia, vota a las izquierdas, a las derechas, y no sabe dónde ponerse. En definitiva, vota a los políticos y en los políticos ya no se puede creer. Y eso revuelve las tripas de los pobres.

3- ¿Por qué usted habla más que su pueblo?
- Un poquito más, sí. A los pueblos hay que darles oportunidad de que hablen. Yo tengo el privilegio de tener más información que mi pueblo.

4- ¿De qué callada manera hablan los cubanos?
- Los cubanos hablan a través del choteo. El choteo nos salva de la amargura.

5- ¿Qué huelga merece Castro si Fariñas muere de hambre?
- Hay que condenar desde el punto de vista humano. Esas cosas no se hacen. Las ideas se discuten y se combaten, no se encarcelan.

6- ¿Qué han hecho los revolucionarios con la Revolución?
- Quedarse en el tiempo. Y la Historia debe avanzar con ideas y hombres nuevos. Se han convertido en reaccionarios de sus propias ideas. Por eso he dicho que hace falta otra revolución, porque tenemos manchitas. El sol enorme que nació en el 59 se ha ido llenando de manchas en la medida en que se va poniendo viejo.

7- ¿En qué siglo le tocarán a Cuba las próximas elecciones?
- No soy pitoniso, no tengo alma de profeta, pero quisiera que fuera cuanto antes. Más que elecciones, que en Cuba hubiera cambio, porque tampoco creo en las elecciones. Ése es un juego democrático entre comillas que también es una farsa.

8- ¿Qué clase de libertad es Miami?
- Es una libertad que buscan con toda honestidad los cubanos. A veces, muchísimos no la encuentran, porque no hay nada como estar en la patria de uno reclamando, pidiendo y exigiendo lo de uno.

9- ¿Para qué canción le darían a usted esos países que con una mano invocan los derechos humanos para Cuba y con la otra mantienen en su suelo la pena de muerte?
- Y la tortura y las desapariciones... Es una canción que está por hacer. Pero el respeto a la soberanía de los países no me deja hacerla. Igual que quiero que respeten la soberanía de mi pueblo. Los cubanos tenemos derecho a reclamar nuestros derechos. Al final, seremos nosotros los que resolvamos nuestra situación.

10- A ver si es verdad. Bien, ahora que está de gira, dígame hacia dónde se mueve España...
- Bueno, le mostraré a los españoles un disco nuevo, Regalo, que es un regalo para mí y espero que lo sea para ellos (sonríe). Yo soy un visitante. De España puedo hablar de su población, que es maravillosa. Y no de España, sino del Estado español, que como usted sabe, contiene muchas naciones. Esa es mi forma de pensar sobre este gran país.

11- Como milanés, dígame de qué pasta está hecho Berlusconi.
- Je, je... Lamentablemente, el problema no es Berlusconi, es el pueblo italiano. Cada día tiene más adeptos. Es un gran error de las elecciones.

12- ¿Por qué no bastaba que ella muriera por usted?
- Porque, en realidad, el que estaba muriendo era yo.

(+1) ¿A qué isla llevaría usted a un hombre desierto?
- Si se lo digo se va a echar a reír. A Cuba. A una Cuba con los Castro, pero con arreglos.

Friday, February 26, 2010

El encuentro de Kundera con el Caribe

I


El azar concurrente ha querido reunir en mi mesa de trabajo un libro, cuya lectura me remite a otros, y recortes de prensa (o más bien impresos de prensa online) sobre los conmovedores sucesos del pasado 12 de enero. Qué puede hacer la literatura en un momento de tanto horror? ¿Qué aporta la palabra escrita cuando mueren o malviven centenares de seres humanos muy cerca de nosotros? Dudar ahora equivale a hundir más en la miseria a un pueblo como el haitiano que ama y respeta la educación y la cultura, hijo de las mejores tradiciones francesas y africanas. Tengo muchos alumnos de origen haitiano o haitianos emigrados ellos mismos que aventajan a muchos en buenas maneras, en hábitos de estudio, en respeto hacia sus maestros y padres.

La literatura puede no ser muy efectiva en estos momentos de angustia para Haití pero puede servir para iluminar, desgarrar la veladura con la que se quiere cubrir el horror allí. Desde la literatura fundadora de Martí, su diario que comienza en Cabo Haitiano, hasta el cine icónico de Gutiérrez Alea con la aparición del intelectual haitiano René Depestre en Memorias del subdesarrollo¬, pasando por Martha Jean-Claude que aparecía con alguna frecuencia en la televisión cubana de los años setenta y ochenta y los miles de braceros haitianos que dejaron su sangre y su apellido en Cuba, Haití no es una presencia extraña para los cubanos.



II

El libro que tengo sobre mi mesa de trabajo, El encuentro de Milan Kundera, narra sus experiencias (encuentros) con pintores martiniqueños en Paris, con el poeta Aimé Cesaire, nos habla del viaje de Bretón a New York (viaje en el que también estuvo Claude Levi-Strauss) refugiado del fascismo y del nazismo, y el encuentro de Bretón con Martinica, cuando iba rumbo a su exilio en New York y con Haití, en su viaje de regreso a Francia. En ambos encuentros, que Kundera llama destello, azar, Bretón encuentra revistas y una juventud politizada, decididamente de izquierda, pero bajo la influencia de Bretón, no de Gorki, del realismo mágico, no del realismo socialista, como tan sencilla y oportunamente escribe el autor.

El lenguaje de Kundera matizado siempre de colores pálidos se enciende esta vez con la viveza y el colorido del Caribe; está infatuado con la poes1a de Cesaire (quizás los versos de Cuaderno de un retorno al país natal: Pero, ¿es que puede uno matar el remordimiento, bello / como la cara de sorpresa de una dama inglesa al encontrar / en su sopa un cráneo de hotentote?), con la poes1a del hombre-insulto, del hombre-tortura. Por alguna indiscernible razón, Kundera se siente fascinando (¿quién no?) por la poesía adánica de Cesaire –llega a compararlo con Mickiewicz y Petöfi. Después exalta a Depestre, exiliado como él, desencantado del comunismo, también como él y escribe de la relación del escritor haitiano, devenido francés, que su encuentro con el mundo comunista fue como el encuentro de un paraguas en perpetua erección y de una máquina de coser uniformes y sábanas. Depestre cuya narrativa, siempre según Kundera, traspasa los límites casi inaccesibles del erotismo feliz y espontáneo, de la sexualidad desenfrenada y paradisiaca. Esta atracción de Kundera hacia el mejunje caribeño puede ser complementaria en su imaginario centro-europeo poblado de miríadas de deidades pre-cristianas, región que es encrucijada de tradiciones y etnias diferentes, cultura diferida del centro de la cultura europea, sociedad preterida por la experiencia comunista. Aunque algunos encuentros de Kundera me toman por sorpresa, siempre retorna sus viejos temas y sus viejas querencias, las novelas, la música, el exilio, con esa calma que parece indiferencia, con esa lírica trucada de cotidianeidad.

Thursday, February 04, 2010

Nearsightedness in every day life

En un hermoso ensayo de Ernst Bloch, "Great Moments that Pass Unnoticed", el autor nos cuenta que los ejércitos aliados de Austria y Prusia cruzaron el rio Rin, bombardearon la ciudad de Valmy para intentar avanzar sobre París, derrotar al nuevo ejército francés y poner fin a la Revolución francesa, cerrando con ello la posibilidad histórica de un nuevo orden social. Los profesionales y bien entrenados ejércitos prusianos y austríacos fueron derrotados por el nuevo ejército francés; y con esa derrota, el orden moderno y democrático comenzó su lenta y larga andadura para hacer realidad los derechos del hombre. Cuenta Bloch que un grupo de militares y civiles alemanes se reunieron para comentar los sucesos; entre ellos estaba Gothe, y con una inocencia casi bautismal, escribe Broch: "…and naturally Goethe was asked for his opinión" a lo que el escritor respondió: "A new epoch of world history has begun here today and you can say that you were present." Esa capacidad de percibir en los sucesos ordinarios, o no tan ordinarios, la incubación o la expresión de un momento de giro en la historia humana o personal es muy rara, poco común. Las cosas nos distraen la atención -la industria del espectáculo y del entretenimiento hacen el resto.

Thursday, January 14, 2010


Me pregunto si "la mole, imponentemente intacta a pesar de rayos y terremotos" sigue en pie después de lo sucedido el pasado 12 de enero. Así describió Alejo Carpentier la Ciudadela de La Ferriére que el rey haitiano Henri Christophe mandara edificar para proteger la ciudad de posibles ataques franceses. El empobrecido Haití es escenario una vez más del destino que Carpentier le asignara: el lugar donde se le reveló al escritor cubano "lo real maravilloso" de América. Una realidad que parece precedida por el rey de Occidente, el demonio, según el exergo de Lope de Vega que nos regalara el autor cubano al comienzo de su relato El reino de este mundo. Y una maravilla que no es más que la yuxtaposición de muchos males y calamidades.


No es acaso increíble que 100,000 personas perdieran la vida en 60 segundos y que las víctimas pueden alcanzar las 500,000. Esos estimados pueden llegar a convertirse en realidad los próximos días. Dónde está lo maravilloso? Quizás la maravilla se obre en la capacidad de respuesta solidaria que reciba ese olvidado país. Una solidaridad que exprese más justicia que compasión. Una solidaridad que haga efectiva la práctica del amor y deje la prédica para los ambones.

En el sur de la Florida tenemos una comunidad haitiana grande. Uno de los barrios más populosos y de peligro de la ciudad es el Pequeño Haití. Las relaciones entre haitianos y cubanos no son amistosas, como no son amistosas las relaciones de los cubanos con ninguna otra comunidad latinoamericana, con la política excepción de los nicaragüenses, y eso con mucho cuidado, que son despectivamente clasificados como indios. Con los haitianos además de las fricciones políticas típicas, está la raza. Desafortunadamente, la comunidad cubana de Miami exhibe el racismo como un blasón. Claro que lo disimula y hasta apunta hacia Cuba para sacarse de arriba la acusación. No obstante, nuestros oficiales electos, prestos y generosos, ya han organizado, junto a las fuerzas vivas (léase los dueños de las cadenas de supermarkets más exitosos de la ciudad, comerciantes, bodegueros todos) de la comunidad, iniciativas públicas y privadas para ayudar al pueblo haitiano. Pronto oiremos airadas voces protestar porque René Preval, el Primer Ministro de Haití, visitó Cuba y es medio rojizo y una brigada médica cubana presta servicios gratuitos en ese país.

En medio de la confusión y el desorden, de la desolación y el dolor, del llanto y de la imprecación, las instituciones y personas que puedan debemos expresar nuestra solidaridad no solo contribuyendo materialmente, u orando los creyentes, mas exigiendo que la nación haitiana sea políticamente respetada. No es difícil recordar los años de J.B. Arístide, el ex sacerdote católico que fue elegido a la presidencia de Haití en un par de ocasiones y en un par de ocasiones fue sacado del poder por presiones de los Estados Unidos y Francia -su pasado de simpatizante de la Teología de la Liberación, de socialista, era demasiado para los exportadores de democracia. Haití, la primera colonia de la América del Sur y el Caribe en ser independiente, debe ser generosamente ayudado y aceptado como un igual en la comunidad internacional.

Wednesday, January 06, 2010


Aires fríos recorren la ciudad, tan fríos como la ausencia de arquitectura de la misma o el cinismo de sus notables. Es bueno que lleguen estos fríos de afuera, nos obligan a vestirnos, a dejar de lado, aunque sea solo por un rato, la desnudez de casi todo el año. Está anunciado que va durar una semana y ya muchos dicen extrañar el calor de casi siempre, y cuando hace calor recuerdan el escaso frío -ciudad de contrastes, en la que la imaginación calenturienta siempre derrota a la fría realidad.