políticas (diciembre 17, 2007)
i
Alguna vez escribí, El Nuevo Herald siempre nos sorprende. Las sorpresas llegan por igual a comienzos de año, que a mediados, que a finales, en ocasión de conmemorar aniversarios feriados o luctuosos, a propósito (o despropósito) de un tema político, cultural o religioso, el staff del periódico no pierde ocasión para colar uno de esos disparates que, dichos con la solemnidad y la contundencia que los caracteriza, hacen que me acuerde de Eufrates del Valle, el eximio periodista de "El Imparcial" de San Nicolás del Peladero. En un artículo en primera plana -El Nuevo Herald se reiventa" (sic)-, una editora de ese diario declaró que ``Miami es el sueño de Bolívar, en paz." (En: El Nuevo Herald, Diciembre 17, 2007). Si no fuera por lo que revela de precariedad política y por el nivel de responsabilidad de esa editora, sería un cuento menor, motivo de una risita mal disimulada. En esa frase está lacónicamente expresado el sentir y el pensar de una buena parte de esta comunidad, sobre todo de sus fuerzas vivas, como les gusta que les llamen. "Miami es el sueño de Bolívar, en paz", dijo, y los editores ni se molestaron en dejar afuera esa frase por delicadeza o astucia editorial. Aquí en Miami, piensan los editores, los latinoamericanos encontramos lo que nos falta allá en el Sur para ser como los del Norte. El mismo argumento que Mario Vargas Llosa no se cansa de repetir –no es el primero, no será el último- que los Estados Unidos tuvieron la inteligencia de consolidarse en una sola nación para garantizar el desarrollo y la prosperidad. El escritor ignora condiciones históricas, geográficas, políticas que facilitaron la unidad de las Trece Colonias, un territorio pequeño en comparación con las colonias españolas, que tenían además unos vínculos económicos muy estrechos, lo opuesto a lo que ocurría en las posesiones españolas. En la frase de marras de la editora se condensa la ideología oficial, y oficiosa, del exilio cubano y de sus adláteres latinoamericanos de la ciudad.
ii
A finales del año pasado el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, afirmó que Cuba firmaría el Pacto de las Naciones Unidas sobre Derechos Civiles y Políticos y Pacto de las Naciones Unidas sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Revuelo en Miami, en Washington y las cancillerías europeas; por supuesto no para felicitar al gobierno cubano, sino para ridiculizar la decisión, para presentarla como una táctica dilatoria. Lo que haga el gobierno cubano nunca será suficiente para apaciguar la sed de cambios de los disidentes, opositores, intelectuales modernos, políticos; nunca será suficiente ni siquiera para implementar políticas que tiendan más hacia el entendimiento que a la confrontación. La petición única es desmontar el sistema socialista, barrerlo, desaparecerlo, aplicar el plan Bush, sí, con sus más de quinientas páginas, una por una; desmontar, de un porrazo si fuera posible, todo el sistema social, económico, cultural y político –con un poco de paciencia y un buen estómago se puede leer el documento que la Comisión para una Cuba Libre elaboró para ese fin. Mientras tanto nos enteramos que los gobiernos norteamericanos nunca han ratificado ninguno de los dos tratados. Pero de eso no se habla, no se le exige nada a la mayor democracia del mundo, al más moderno de los países del mundo. ¿Será que algunas de las disposiciones de esos Pactos molestan? No debiera ser así: en los Estados Unidos todos y cada uno de los derechos humanos se respetan. El socialismo y la revolución, según el pensamiento reaccionario, son la quintaesencia del irrespeto a esos derechos, son el obstáculo al ejercicio de los mismos. Los hechos están ahí, testarudos. Sin ser Cuba el paraíso en la tierra, con difíciles y agobiantes problemas, con una deficiente administración, con una capacidad de maniobra restringida por la implementación ilegal y abusiva de legislaciones norteamericanas con respecto al comercio internacional de la nación, es un país en que los servicios y programas sociales y asistenciales siempre se han protegido por la gestión positiva de las autoridades del estado y el gobierno del país. El esfuerzo por conseguir que el derecho a la vida, a la salud, a la educación, a la seguridad social, a la cultura se conviertan en sustancia de la entidad nacional que llamamos Cuba siempre ha estado en el horizonte de las políticas gubernamentales. La gobernabilidad del país está dada por la percepción y la convicción popular de que el estado cubano no escamotea los derechos básicos de la ciudadanía. El socialismo revolucionario cubano tiene que reevaluarse, corregir prácticas ineficientes y corruptas pero no renunciar al paradigma de un mundo mejor. Los objetivos del socialismo revolucionario cubano tienen que definirse con respecto a lo obtenido en las luchas por el mejoramiento humano en todos los órdenes. El rasero con el cual medir y mejorar el socialismo no es el capitalismo: las prácticas y valores que los alimentan son opuestos; es por oposición al capitalismo que se define el socialismo. Bienvenida la firma de los pactos sobre derechos, y que ese hecho mueva al gobierno de los Estados Unidos a ratificar los mismos.
políticas (febrero 3, 2008)
iii
El Mitchell Report, y ahora qué, y los millones pagados, y el superrendimiento atlético de esas estrellas… El circo, otra vez el circo. Andy Pettite, el religioso, con una incontrolable verborrea hasta a su padre incrimina. Los súper peloteros del mejor béisbol del mundo se dopaban para conseguir esas extraordinarias cifras, que hacían palidecer de miedo, y de envidia, a cualquier otro pelotero. Roger Clemens dice no, McNamee, dice sí. El béisbol refleja la sociedad en la que vivimos, una sociedad de apariencias, de disparatados absurdos que pasan por la realidad, que se precia de una seriedad que no tiene.
iv
Rudolph Murdoch compra el Wall Street Journal (En: The New York Times, Business day, Miércoles, Diciembre 12, 2007). De acuerdo diferentes fuentes de información (todas pueden ser accesadas gratuitamente en Internet), los satélites del Sr. Murdoch es dueño de 175 periódicos, de Twentieth Century Fox Studio, Fox Network, Fox News y 35 estaciones de televisión (que transmiten para los cinco continentes) y 19 canales regionales de deportes. Realmente, la libertad de prensa es incuestionable: News Corp, la compañía de este paladín de las buenas maneras capitalistas, se encarga de decirnos cómo pensar, reaccionar, sentir . Las televisoras o la prensa plana del magnate de las noticias y el entretenimiento (así gustan de identificarlo la prensa -¿será de él?) lo mismo se ocupan de una tema de importancia que de una bobada y todo con el mismo rigor , de manera tal que no se consigue distinguir entre lo uno y lo otro, a veces un sesudo profesor y analista nos sorporende con una sarta de perogrulladas que una banal presentadora (o presentador) de talk show se le escapa, una frase, una parrafada inteligente. Evidentemente, ya no vivimos en un mundo claro y distinto – la escolástica ha sido desplazada por este nuevo dialecto, el dialecto de la imagen comercial, que entretiene (y paga bien) a académicos, políticos, gente de los medios y de los negocios, amas de casa y residentes de hogares para jubilados, es la nueva lingua franca: hablar mucho sin decir nada.
v
Elecciones presidenciales en los Estados Unidos.- Las elecciones primarias han confirmado lo que algunos presumían: los republicanos siempre tuvieron en McCain a su candidato y los demócratas debían elegir entre Hillary y Obama. El resto era relleno, extra para documentar la democracia. La posición para los democrátas es harto difícil –sus candidatos representan dos sectores tradicionalmente fuera de todo calculo político de poder en la sociedad norteamericana, las mujeres y los negros. McCain parece ser el candidato que mejor se ajusta a los requisitos para ser presidente de los Estados Unidos: es hombre, es blanco, es rico. Los republicanos tienen su bronca -McCain no es lo suficientemente conservador, dicen unos, su historial de votaciones en el Congreso no ha sido estrictamente partidista, comentan otros. Sólo el milagro cívico de la participación ciudadana en las elecciones de noviembre y una vigilancia rigurosa en la "maquinaria" electoral pudieran darle una victoria al candidato democráta.
políticas (febrero 20, 2008)
vi
Fidel Castro no ha renunciado. La política revolucionaria cubana desde 1959 hasta la fecha ha estado caracterizada por su creatividad y audacia, sin ellas es imposible entender lo que ha pasado y cómo suceden las cosas en Cuba. Por eso, porque ignoran esas dos virtudes (y otras cosas) sus enemigos no han podido desbancar el proceso revolucionario. Los planes y las conspiraciones contrarrevolucionarias han adolecido del convencionalismo y del conservadurismo propio de quien tiene mucho que arriesgar, de quien no está asistido por esa mística que impulsa al ser humano a vivir a tiempo, a destiempo y a contratiempo. Para los enemigos del proyecto revolucionario cubano, ésta ha sido una conjura de elementos mafiosos que han secuestrado un país para enriquecerse o un proyecto que inicialmente poseía alguna validez política pero que ha degenerado en una cruel y férrea dictadura. Ambas suposiciones obligan a pensar en la casi infinita capacidad de Fidel Castro de seducir, mentir y sojuzgar, y en la casi también infinita (in)capacidad del pueblo cubano de someterse sin decoro alguno. Para cualquier persona con un mínimo de sentido común, ambas explicaciones a la capacidad de sobrevivir de la Revolución cubana le parecería ridícula. Ni Fidel Castro tiene poderes extraordinarios, casi un demiurgo de la política, ni el pueblo cubano está formado por imbéciles. La Revolución ha tenido suficiente base social, una obra política, social y económica incontestable y una legitimidad a nivel nacional e internacional que le ha permitido ser una presencia real en la vida de todos los cubanos y en la política mundial. Fidel Castro no murió asesinado como planearon sus enemigos, no murió en el ejercicio del poder como hubieran querido mucho para que la leyenda del dictador fuera casi irrebatible. Fidel Castro morirá como el mismo se describió "como un soldado" más de la Revolución. Y eso tampoco se lo perdonaran sus enemigos, no le perdonaran que muera de una manera distinta a la que le tenían planificada. No sé si la providencia, o un Dios tan incomprensible como la historia humana, le han concedido en vida ver su muerte, el destino de la obra a la que le dedicó todas sus fuerzas y energías.
políticas (febrero 27, 2008)
vii
Hillary y Obama debatieron la pasada semana en Texas. CNN y Univisión fueron los auspiciadotes del debate de los candidatos demócratas. Ese debate, esa altura y educación demostrada en el debate (casi al final se besan) es lo que ciertos cubanos añoran para su país: la democracia en la que se vota por programas de futuro, no por méritos del pasado (aunque de vez en cuando el pasado, en la democracia, juegue un rol importante, si no ver la campaña de McCain, un héroe americano). A los pocos días del debate, una Hillary en el furor de su belleza, se restregaba un dedo índice contra el otro mientras decía, eso sí con una voz magnífica, "Shame on you, Obama, shame on you!". ¿Y el espectáculo democrático en el que casi se besan mientras se deshacían en halagos? La política como vodevil; que ya sabemos que la política es teatral, que siempre lo ha sido, que responde a guiones previamente escritos, pero es que la política norteamericana es, cada vez más, de un gusto pésimo. A decir verdad, tanto Hillary como Obama han salvado estas elecciones del empañamiento y la mediocridad absoluta hasta ahora, porque lo que toca a la primaria republicana es ya de un rosado muy subido. La política norteamericana es una crónica anunciada: todo el mundo sabe lo que van a decir los candidatos, lo que van a declarar en cada momento; está saturada de especialistas en relaciones públicas, profesional manera de encubrir a manipuladores. Aún así, y desafortunadamente, lo que suceda en este país, en materia política y económica, tiene una inmediata resonancia en buena parte del resto del mundo.
viii
El cardenal Secretario de Estado vaticano visitó La Habana del 20 al 26 de febrero pasado. Con excepción hecha de la visita papal de 1998, no ha habido otra visita eclesiástica tan promovida por los medios de comunicación del estado cubano y, al menos en apariencia, tan cordial, relajada y realista. En un gesto político sin precedente, l cardenal Bentone se refirió a la política norteamericana de limitar el acceso de Cuba a entidades financieras y crediticias internacionales y de prohibir a empresas norteamericanas negociar con cualquier empresa que tenga, a su vez, algún tipo de relación económica con Cuba como "bloqueo" no "embargo", eufemismo que usan los democratísimos exiliados cubanos Embargo es el derecho soberano de un estado a suprimir toda relación comercial, diplomática y de cualquier tipo con otro estado; bloqueo es exactamente lo opuesto: es la ilegal acción de un estado soberano de impedir que otro estado soberano establezca relaciones económicas normales con los organismos internacionales de finanzas y comercio y con empresas de otros países. Así que la Iglesia Católica vaticana reconoce lo que los Obispos cubanos reconocieron en el lejano ya 1969 que la política norteamericana hacia Cuba no era de un simple embargo comercial, sino una política de bloqueo económico. La visita del eclesiástico tuvo eso que inglés llaman timing, fue dicho en castellano muy oportuna. El mismo fin de semana que Raúl Castro fue elegido Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, el cardenal Bertone estaba en La Habana: la Iglesia siempre testigo de las cosas más insólitas. Así que en Cuba paz, y en el cielo gloria.
políticas (marzo 4, 2008)
ix
Un locutor de la voz de Miami, como su emisora gusta de llamarse, (aunque el mismo pudiera auto-titularse "la voz de Miami", porque es chistoso, mentiroso y grosero) director de noticias para más detalle, no pudo controlarse y en el mismísimo noticiero inauguró un espacio con comentario personal y, como de esperar era, el locutor locuaz dedicó el primer comentario a Cuba, a Fidel, a la última reflexión del compañero Fidel. Muy original él, comenzó con algo así como "el periódico Granma, órgano del único partido que hay en Cuba, el comunista… bla, bla…" Y comienza a desvariar sobre que si Castro, el moribundo, que si no hay confirmación que sea él, Castro, el escribiente, que si la monserga senil y, al final, dice así con una convicción matadora que las enigmáticas últimas frases de la última reflexión de Fidel (¡Nada es nuevo! ¡Estaba previsto!) revelan que detrás de la provocación de Ecuador y Venezuela contra Colombia está la siniestra, y siempre tremebunda mano de Fidel Castro. A fuer de guardar las debidas consideraciones con el lenguaje escrito, se pudiera escribir un "le zumba la cocorotina" que hubiera hecho las delicias de mi tío Mayito. Así, que el gobierno colombiano incursiona en territorio ecuatoriano, lleva a cabo acciones de combate y el provocador resulta el provocado, según "la voz de Miami". El asunto es serio –el locuaz locutor de Miami y su aguerrido comentario (hay que oír la entonación y la emoción con que leyó su comentario) fueron una finta para entrar en el serio tema de la situación colombiana, su relación con los Estados Unidos y las vecinas repúblicas latinoamericanas.
x
El profesor de Historia de América Latina II (que cubría desde la independencia hasta la segunda guerra mundial) Alberto Prieto, de la Universidad de La Habana, nos decía, y con sobrada razón, que Colombia era el país más latinoamericano: compartía todas las posibles geografías latinoamericanas –la selva, la costa caribeña, la montaña; la cultura repartida a la largo de la geografía, con su variedad étnica, el blanco de origen europeo, los negros y los indígenas. Los colombianos se precian, y con sobrada razón, de hablar un castellano excelente; tienen excelentes universidades y centros de estudios especializados. No puede olvidarse a Gabriel García Márquez, quien junto a Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar y Carlos Fuentes pusieron a América Latina entre los hacedores de la mejor literatura. También, Colombia comparte a grado extremo las iniquidades heredadas del proceso de formación histórica de los países latinoamericanos: una oligarquía con privilegios y poderes casi absolutos, sin sentido ni concepto de la justicia y el derecho, con una relación muy intensa con los intereses hegemónicos norteamericanos en la región. El estado colombiano fue un estado confesional, en el que la Iglesia Católica era la religión oficial, hasta que la constitución aprobada en 1991 proclamó al estado colombiano, uno laico. Los negros y sus descendientes asentados fundamentalmente en la costa y los indígenas al sur del país en la selva amazónica han sido relegados, discriminados, reducidos en su dignidad, históricamente. Esta combinación, tan excesiva, aguda y contradictoria ha servido de marco y de fundamento para el convulso y doloroso escenario político y social que se vive en Colombia: la violencia política y la violencia criminal, a todos los niveles y en todos los órdenes, es tal magnitud que solo una solución de conjunto, en la que las partes involucradas en el conflicto cedan en temas estratégicos, puede disponer al país para la paz y el concierto nacional. Si el gobierno colombiano persiste en la opción de la derrota militar está comprometiendo a la nación a largos años de violencia; aún si el ejército nacional derrotase a las fuerzas guerrilleras, eso no provocaría, a la larga, el establecimiento de estado social, económica y políticamente justo –el maridaje de los sectores más poderosos del país, de las élites militares, políticas y económicas con el gobierno de los Estados Unidos hace vulnerable e ilegítimo cualquier poder que salga de ahí. Eso es lo que trata de hacer, desesperadamente, el gobierno norteamericano a través del Plan Colombia, del apoyo logístico y financiero al ejército colombiano y del TLC. La soberanía y la independencia del estado colombiano no están en peligro porque el Presidente Chávez o el Presidente Correa digan o hagan esto o lo otro, están en peligro por la irresponsabilidad conque Uribe y su equipo, representando a los oligarcas del país actúan en función de observar, y cumplir, los acuerdos con los Estados Unidos. Revisando alguna documentación referida a Colombia, encontré un sitio dedicado a informar y analizar sobre los asuntos colombianos, Colombia Journal (Feiling, Tom (2004, May 24). Colombia Journal. Retrieved March
3, 2008 from , Web site: http://www.colombiajournal.org/index.htm) . Destaca un artículo, escrito en Mayo de 2004, sobre el presidente Uribe que es como para preocupar. Entonces, comienzo a ver los hechos en una dinámica que explica mejor por qué las cosas han sucedido de la manera en que han sucedido y por qué el Presidente Uribe, a pesar de no haber confrontado directamente a Fidel Castro, goza del apoyo norteamericano y del sector más reaccionario de la comunidad cubana de Miami: él es uno de ellos, un aliado incondicional, un hombre que no le tiembla el pulso si para acabar con la guerrilla tiene incluso que entregar al país; hay algo personal en todo esto, nada político. Me recuerda a su homólogo (y nunca dicho con mayor propiedad) norteamericano, lo único que a Uribe Dios no le habla, sus interlocutores son otros. El presidente colombiano ha hecho las delicias de Miami y de los círculos de gobierno en los Estados Unidos: invade un país limítrofe, lleva a cabo una acción militar ofensiva contra un campamento guerrillero (que ellos sabían estaba allí) basada en una supuesta información de inteligencia, recoge un par de cadáveres y otras pertenencias entre ellas las computadoras, se retira, pide disculpa y da por terminado el hecho. Nada que si a Cuba, por ejemplo, le da por invadir Miami, para eliminar a sus enemigos, lo puede hacer: lleva a cabo una acción militar, se retira, pide disculpas y ya. Aquí paz y en el cielo gloria. El presidente Uribe, desafortunadamente, se ha prestado para orquestar una provocación contra sus vecinos Ecuador y Venezuela, instigado por el gobierno norteamericano, y todos sabemos porqué –no se tragan un gobierno que quiera hacer las cosas diferentes, que ponga en su horizonte de acción política a los desfavorecidos y en su colimador a los que siempre han usufructuado las riquezas. Resulta que una de las computadoras incautadas tiene información que comprometa al gobierno ecuatoriano y venezolano, sobre todo a este último y el gobierno colombiano quiere llevar al gobierno venezolano a la Corte Internacional de La Haya, y los opositores venezolanos hablan de traición a la patria, y el gobierno norteamericano apoya irrestrictamente a Colombia (y le presta incluso una figura, que dicen ellos es nueva en el derecho internacional, la de invadir cualquier territorio que sirva de santuario a grupos terroristas). Así estamos asistiendo a la internacionalización de la barbarie, a la "norteamericanización" del derecho internacional. La violación de lo prescrito en diversos tratados internacionales y panamericanos que no hubo forma que un organismo tan desabrido como desprestigiado, la OEA, no tuvo más remedio que aprobar una resolución que afirma que Colombia violó la soberanía de Ecuador pero no condena al gobierno colombiano por esa acción, bonita manera de quedar bien con el dios (EE. UU.) y el diablo (en la persona de Rafael Correa esta vez). Envalentonado por el respaldo del gobierno norteamericano, el equipo de gobierno de Colombia amenaza con llevar a la Corte Internacional de La Haya al presidente Chávez por presuntamente financiar a las FARC: los fusile colombianos apuntaron y dispararon a Ecuador pero su objetivo era, es, Venezuela, todo eso con libreto escrito en la Casa Blanca, no por el presidente Bush, incapaz él, Cheney chimes.
políticas (marzo 18, 2008)
xi
Fue en Santo Domingo. No en Washington. En el marco de una reunión de gobernantes latinoamericanos, la Cumbre del Grupo de Río, no en una reunión de la espuria OEA, como solía llamarle Raúl Roa. Ecuador, Venezuela y Colombia intercambiaron disculpas y compromisos. Sinceramente, no me gustó la actitud de Chávez con el "príncipe" Uribe, según el sicofanta Montaner, ese apretón de manos, ese casi beso y abrazo. No. No me gustó. Hay pasó mucho. El "príncipe" se las pasó de duro y siguió con el caballito de batalla de las computadoras y las relaciones del los gobiernos de Ecuador y Venezuela con las FARC, y después los mexicanos asesinados que eran miembros de una célula de ese movimiento insurgente en México, y después que el jefe de la célula era un cubano, y así, siguiendo el pésimo guión escrito en Washington con el pésimo gusto y el escaso talento de los asesores presidenciales y el concurso de Condolezza Rice, el "príncipe" Uribe lleno el teatro de sombras y de muerte. Al menos, Correa lo miró con seriedad, frialdad y cortesía; le quiso recordar con la mirada que era culpable de un acto injustificable, de lesa traición a la patria grande. l menos fue en Santo Domingo, no en Washington. Y eso quiere decir mucho.
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