Friday, November 02, 2012

Elecciones 2012

A pocos días de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, los candidatos parecen empeñados en parecerse más, al menos en el estilo de tratar de persuadir a los electores. Las plataformas ideológicas de ambos candidatos son muy parecidas: no hay ninguna propuesta de cambio en lo político o económico que realmente afecte la estructura social de la nación –los políticos electos a los diferentes cargos y posiciones seguirán representando grupos de intereses especiales (mientras más poderosos mejor representados) y la economía seguirá girando para enriquecer a las que más tienen aun cuando el Presidente Obama sea reelecto y derogue las exenciones fiscales para los que reciben las mayores ganancias. En cuanto a la política exterior, las diferencias entre ambos candidatos se reducen al mínimo –mantener y fortalecer el papel hegemónico de los Estados Unidos en el mundo, quizás con la diferencia de que Barak Obama estaría menos dispuesto a ir la guerra que Mitt Romney.



El debate ideológico y político demócrata-republicano es cada vez menos sustancial y más demagógico –al final se trata de campañas de relaciones públicas. La política norteamericana es cada vez más ajena a las verdaderas condiciones de vida de los norteamericanos, más enajenada de la realidad. El resquicio que todavía propicia oxígeno a la sociedad norteamericana es el ámbito de la prensa y la academia, de las artes y de las ciencias. El pasado 27 de octubre, “The New York Times” publicó una columna de Thomas L Friedman en las páginas de opiniones que apunta, desde un tópico particular pero muy discutido, la pérdida de sentido político de los “líderes” del Partido Republicano. El extremismo del Tea Party, que como todo extremismo va de la mano con la estulticia más aguda y provocativa, afirma que el aborto aun cuando sea consecuencia de una violación sexual debe ser prohibido. Esta afirmación ilustra la total ausencia de un verdadero compromiso por la vida, por la vida que comienza sí, en el momento de la concepción y termina con la muerte biológica del individuo, no al momento de su nacimiento. Tal y como expone Friedman, un conservador, muchos de los que se oponen al aborto no piensan en la vida verdadera, piensan más bien en una vida ilusoria, absolutamente biológica, copia de la que ellos viven y por eso se alejan de la vida real y no les importa privar a los natos de las cosas que harían de sus vidas, vidas dignas como la educación y la salud.


Las próximas elecciones de noviembre del 2012 no son para decidir sobre el candidato demócratas y o el republicanos, se trata de decidir sobre pertinencia de la decencia y el sentido común en la política, algo que los responsables de campaña de Mitt Romney no han podido insuflar, y menos descubrir, en su candidato. Barak Obama más allá de sus devaneos y veleidades preserva, al menos, la posibilidad de redirigir la política y la economía norteamericana por caminos más racionales y sobrios. Y de esa manera contribuir a la permanencia de los mejores valores de la sociedad norteamericana.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home