Wednesday, May 11, 2016

Campaña presidencial 2016 (2)


[mayo 13, 2016]

La campaña presidencial de este año 2016 sigue provocando sorpresas, contrariedades y proponiendo imprevistos escenarios. El republicano con la más alta investidura de la nación se resiste a darle apoyo al virtualmente nominado Donald Trump. Bernie Sanders sigue acumulando votos, agriándole la vida a Hillary Clinton, alargándole el momento en que saboree su nominación… ¡Puede que nunca! Los republicanos, dice alguna prensa, están pensando en postular a alguien como una opción de lo que llaman un “third party”, un refugio seguro ante la tormenta de nieve que ha sido Trump hasta ahora. Ellos controlan la Cámara de Representantes, y puede que ninguno de los candidatos tenga los suficientes votos de los colegios electorales. Entonces, la constitución sería ese refugio seguro. La Constitución establece que es la Cámara de Representantes quien decide una elección que no se pueda decidir por mayoría de votos de los colegios electorales. Los republicanos son mayoría en dicho cuerpo legislativo y esto le daría la posibilidad de "elegir" a ese candidato del "third party" que ellos hayan introducido, como una cuña, casi al final de la campaña presidencial.

Donald Trump y Bernie Sanders coinciden en algo –ambos son outsiders y ambos reclaman representar el sentir del pueblo. El tan repudiado populismo colándose, abiertamente, en la establecida y formalista política norteamericana. Tantos años acusando de populista a cuanto político latinoamericano adoptaba, o adopta, políticas independientes y medidas que aligeran la pesada carga de la pobreza, y ahora le salen estos populistas de mierda, uno podrido en dinero que dice en público, sin asomo de vergüenza ni decencia, lo que la tradicional clase media blanca empobrecida dice en privado: que son los negros, los latinos, los musulmanes, los homosexuales, los planes de ayuda del Gobierno y todo lo que signifique una sociedad plural y justa de la desgracia de ellos. El otro, un político de carrera que ha servido en el Congreso, primero en la Cámara y después en el Senado, desde 1990. Alcalde de la ciudad más populosa de Vermont durante los ochenta, siempre ha sido de filiación política independiente y vinculado con causas progresistas. Su candidatura ofrece voz a los jóvenes, inconformes con la situación que están viviendo de sub-empleo y altísimos adeudos una vez que terminan su educación universitaria; a los de clase media y baja que ven sus ingresos diluirse en una imparable alza del costo de la vida comenzando con los más elementales servicios de vivienda, salud y educación, a los inmigrantes y sus familias, a los afroamericanos atrapados en un ciclo interminable de violencia y discriminación. Los partidos tradicionales están agotados y la economía ya no sirve más a los intereses de la mayoría –la economía es el feudo del “uno por ciento” que se han adueñado de más del cincuenta por ciento de la riqueza producida en el país.

Trump y Sanders molestan por diferentes razones: uno, por extravagante e inexperto en cuestiones de política; el otro, por la seriedad de sus denuncias y su propuesta. La movida que los republicanos parecen estar sopesando es un golpe de estado disfrazado de constitucionalidad, porque está calculado de antemano, no es que un empate virtual sea decidido por partes neutrales (si es que la neutralidad existe) –es la creación de escenarios artificiales para forzar una “salida constitucional". Habría que ver cuál sería la movida de los republicanos que controlan la cámara en el caso que Trump y Sanders fueran los candidatos de ambos partidos y no obtuvieran la cantidad reglamentaria de votos electorales. Habría que ver cómo la democracia funcionaría.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home