Ayer, Mayo 19 (2010), día en que se conmemoraba, con toda la pompa fúnebre posible, la caída en combate de José Martí, en un programa radial de Miami (WQBA, Prohibido callarse, conducido por el periodista Roberto Rodríguez Tejera), el ex Subsecretario de Estado durante la administración de Bush, Roger Noriega declaró sin tapujo ninguno que lo que se buscaba crear en Cuba era el caos, que él y sus superiores preferían el caos a la estabilidad, que esa era la orden que se le había transmitido a James Cason, entonces jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba. El caos, no la estabilidad es lo que interesa a Estados Unidos, aseveró el ex funcionario. La prensa de Miami, nada, ni un cometario. Que un país como los Estados Unidos, tan poderoso, tan comprometido con los derechos humanos y la democracia, apueste a crear el caos en una nación con mil y un problemas, por las razones que fueren, con el fin de lograr sus objetivos es tan inmoral, tan repugnante, que solo la decencia aconseja dejar de lado a semejante personajes. Hace unos días el embajador norteamericano en México, dizque experto en cuestiones ambientalistas, nacido en Cuba, dijo en una conferencia sobre temas ecológicos que la naturaleza se iba a encargar de hacer lo que la política no pudo, desaparecer la isla. La prensa, nada, ausencia que no quiere decir olvido para los que aún apuestan por vivir con decoro. No vale la pena. La cuestión no se dirime entre castristas y anti-castristas; la cuestión apunta a fibras más esenciales, a la honestidad, a la ética. Cierra así "Comentarios de K". No vale la pena.