Wednesday, June 24, 2009

Sé, me consta: Rafael Rojas nunca se ofendería por disentir de él, ni siquiera si la disención es fuerte, enconada; él te miraría de una manera tan democrática como falsa. En una de sus últimas aventuras periodísticas en ese diario que es un New York Times mal traducido y peor editado, Rafael, que ya no es del "exilio de terciopelo" (que lindeza esa, EHB), exhibe esas mañas suyas para atosigar de medias verdades y mentiras completas a sus embelesados lectores de hoy que pudieran ser sus electores mañana y nos dice (y se desdice, porque a Rafael hay que leerlo de abajo hacia arriba para cogerlo de atrás pa'lante) que en " conflicto bilateral" las partes son dueñas de la mitad de la verdad. Que matemática tan extraña, digo yo. ¿Será la verdad un chorizo que uno pica a la medida de su apetito? El artículo de Rafael bien pudiera compendiarse en esta oración:

"Asumir el papel de la víctima o del ofendido va siempre acompañado de una exhaustiva memoria de agravios. En el caso de Cuba, dicha historia tiene un trasfondo real: es cierto que, entre 1960 y 1992, Estados Unidos impulsó o permitió todo tipo de acciones violentas contra el Gobierno cubano." ( El País, 06/17/09)

"…es cierto que, entre 1960 y 1992…" ta, ta, ta. Yo llegué a Estados Unidos en 1992, justo cuando Estados Unidos dejo de impulsar o permitir" todo tipo de acciones violentas contra el Gobierno cubano". Bien, cará. Entonces la Ley Torricelli sancionada, y en efecto, desde 1992, La Ley Helms-Burton sancionada, y en efecto, desde 1996 y la cadena de atentados con bombas a hoteles cubanos en 1997 dirigidos y financiados desde Miami, donde vive su confeso autor intelectual, no son actos ni impulsados ni permitidos por el gobierno norteamericano. Esto sin mencionar las atrocidades civiles del gobierno de Mr. Bush. Como uno aprende con Rafael.

Para desconsuelo de las ciencias sociales cubanas la capacidad intelectual de Rafael ha decrecido con la misma celeridad que su proyección en la política contrarrevolucionaria ha aumentado –artículos aquí y allá que después recopila en libros. No es que el intelectual no pueda tener una participación en la vida pública, no se trata de eso. Es más es plausible que eso ocurra pero con un máximo de responsabilidad cívica, con la misma responsabilidad con que se cuida la ortografía y la sintaxis. Rafael Rojas tiene la capacidad de ejercer la crítica lúcida y apasionada de que es capaz siempre que respete la verdad y reconozca los límites políticos que tiene la ya muy larga lucha del pueblo cubano por su independencia y soberanía.

Monday, June 22, 2009

El verde se ha tornado en el color de la política, o mejor, del political fashion; el verde y el internet -youtube, twitter, facebook. Nada que no se puede estar oculto -el tan defendido derecho a la privacidad, a la intimidad, escamoteado por las sociedades democráticas. Los secretos de la República Islámica de Irán al descubierto, sus cuitas electorales, las calles tomadas por la juventud teléfono móvil en mano, y la media quiere, a toda costa, reeditar las revueltas populares de los países comunistas de Europa central y oriental veinte años después; de la revolución de terciopelo a la revolución de los internautas. Ahmadinejad, como Chávez, no despiertan en mí, simpatía alguna, no tienen la agudeza política ni el talento histriónico de Fidel Castro; pero sus políticas de desafío del gobierno norteamericano y sus políticas imperiales sumado al emergente liderazgo de esos países periféricos en temas tan sensible como el suministro de hidrocarburos y la producción de energía nuclear despiertan, no ya mi simpatía -cosa de poca monta en política-, sino cierto sentido de responsabilidad política, de compromiso ético con la verdad en política.

Irán es comidilla diaria en la gran prensa norteamericana. Venezuela tiene menos impacto mediático -solo en la villa miseria moral de Miami se hace de ese país un objetivo mediático diario. Irán quiere tener armas nucleares, argumento que nos recuerda las mentiras del former president Bush; Irán amenaza la paz en Medio Oriente (Israel no,Israel, es la clave de la paz en esa región asiática); Irán es un país violador de los derechos humanos; Irán por aquí, Irán por allá. Ahora se robaron las elecciones los partidarios del duro e implacable (ya le dicen dictador) Ahmadinejad. Mousavi y su proyecto moderado, es la víctima. Cansado de esta letanía secular que se repite cansonamente cada vez que un dirigente político osa decir cosas políticamente correctas como denunciar el carácter represivo del Estado israelí en sus relaciones con los palestinos y el mundo árabe, las injustificadas intervenciones norteamericanas en la región, la manipulación de la prensa occidental y la creación de estereotipos, cansado, pues, busco a Fisk. Robert Fisk, súbdito británico, periodista especializado en temas de esa región tan levantisca. Y ¿qué me encuentro? Un reportaje que retrata la situación en ese país varios días atrás, ahora parece que las cosas han derivado en una situación muy confusa, con demasiada pseudo información saliendo, Estados Unidos frotándose las manos y los conservadores que quisieran al vaquero de vuelta para hacer nada, vacía retórica de guapo de barrio, porque los estrategas saben que el ejército iraní no está desgastado ni desmoralizado como lo estaba el iraquí hace seis años, que hay no hay grietas éticas para explotar. El reportaje de Fisk cuestiona lo que las agencias de prensa tradicionales han estado reportando. ¿Casualidad? ¿Impericia?

"No-one's told me not to drive around so I go and see wounded people and go and watch these confrontations and no-one seems to bother me.

I rather think an awful lot of journalists take it too seriously. If you get in a car and go out and see things, no-one's going to stop you, frankly".

Y con ese sentido que me aportó ser de minorías en la Cuba de los años duros, apuesto por la oposición, la disidencia, el desacato de los poderes establecidos, y leo a Fisk para tener una idea más exacta de lo que pasa en esa convulsa y entrañable región, no porque esté en absoluto control de la realidad y la verdad pero al menos trata de no confundir los deseos con la realidad. Como escribió en The Independent el pasado sábado con ese tan británico sentido del humor: "There are special codes of morality to be applied to Middle East countries which definitely must not apply to us".

Thursday, June 11, 2009

Ayer, 10 de junio, tuvo lugar uno de esos eventos que se transmiten en vivo vie internet. El evento tuvo lugar y fue patrocinado por el New Democratic Network (NDN) que se describe si mismo como "a leading center-left think tank and advocacy organization" con base en Washington, DC. El evento fue conducido por el presidente del NDN Simon Rosenberg y tuvo como invitado a Joe Garcia, ex Director Ejecutivo del Fundacion Nacional Cubano Americana (FNCA). El evento titulado "Conversation on the Future of Cuba" presentó un panorama del estado actual de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos y del impacto de la numerosa comunidad cubanoamericana del Sur de la Florida en la política electoral norteamericana. Joe Garcia, a mediados de los años noventa, intentó ocupar un escaño en una de las entidades políticas locales con el apoyo de la entonces poderosa y ultraderechista FNCA y perdió. Años más tarde y después de la "reinvención" de la FNCA como una organización moderada y pragmática, Joe Garcia trató de hacerse de un asiento en la Cámara de Representantes, actualmente ocupado por Mario Diaz-Balart, y también perdió. Ni en la derecha ni en la izquierda le ha ido bien en este asunto de las elecciones. Pero no cabe duda, es una persona muy bien preparada y hasta donde se sabe, honesta. Tuve una pequeña participación que nunca fue contestada, aunque invitaron al "público" virtual a participar. Los invitados presentes intercambiaron preguntas con el expositor. El texto de mi comentario lo inserto a continuación.


 

I understand the legitimate interest that US academic institutions and government agencies could have on and about Cuba. But I do not understand the interest of certain institutions, agencies, interest groups in what is called "regime change". I think that there are neither ethical nor legal foundations to promote this type of policy around the world; to intervene openly or secretly to subvert social and political order around the world, and Cuba is part of the world. Cuban exile community has tried, with the fully support of the American government and its agencies, to defeat not Castro, but a particular socio-political order, that is, socialism. Cubans have the right to fight for what they consider a righteous and fair political model, but the American government has absolutely no right to interfere in Cuban intern affairs. Unfortunately, Cuban exile community has created such ties to the American government that, now, is impossible to separate them. That is why they are considered everywhere, but in Miami, as mercenaries. So, the future of Cuba belongs to the Cubans, and the only role of the American government in that process is to support stability and peace as conditions to protect the American people's legitimate interests.

Wednesday, June 03, 2009

En un artículo publicado en "The New Stateman", in 1949, el articulista señala a George Orwell "el escritor vivo más honesto". No tengo la menor de duda de que en ese año, y durante un largo periodo, Orwell fue el publicista más honesto. No hay más que leer sus ensayos, su prosa cuidada sin afeites ni arrebatos. Añadiría que Orwell fue el más lúcido de lo hoy llaman analistas políticos de su generación y de las muchas otras porvenir. Honestidad y lucidez que solo brotan del compromiso individual con la verdad. Hay un nexo muy estrecho entre la escritura de Orwell y su verdad: el escribió lo que creyó era verdadero, lo que percibió como verdad y lo hizo con palabras simples y llanas, no edulcoró su prosa, no la hizo pasar por alta cultura, no la rebuscó.

Cuánto se extraña un publicista hoy así, de su honestidad intelectual y de su capacidad ética! Alguien que escriba con tranquilidad y sencillez, que el gobierno de Estados Unidos es una institución que ha practicado el terrorismo de Estado para preservar los intereses, no de la nación norteamericana, sino de las clases más privilegiadas de este país. Alguien que apunte claramente a las instituciones privadas financieras y a los especuladores del mercado de valores como los responsables directo de esta crisis económica, y que los arresten, los acusen, y los pongan presos por el resto de sus días de acuerdo con la perfidia y el alcance de sus acciones. Alguien que escriba, sin temor y sin censura, que las instituciones democráticas de la sociedad occidental han hecho agua, que su cometido histórico ha sido sobrepasado por las nuevas realidades impuestas por la revolución tecnológica y las migraciones humanas. Alguien que se atreva a escribir en la gran prensa libre y universal que Cuba ha sido la disidente de todos estos años, que ha sido bárbaramente hostigada, y que aún insiste en su proyecto original de construir una sociedad justa y democrática, libre y soberana, con acceso universal a los servicios básicos; que los países latinoamericanos han iniciado el proceso de enrumbar su existencia nacional y regional con independencia de los intereses de Estados Unidos. Solo escribir de estos temas ya resulta soso y demodé, nada postmoderno, decimonónico e idiota. La mentira y su embalaje de celofán es lo que da carta de presentación en el mundillo intelectual de hoy -empacar palabras disfrazadas de sabiduría, discursos agotados en su propio decir, pretensiones literarias, una suerte de liberalidad en la escritura, ligereza en los argumentos, publicidad, marketing de las ideas y de los valores, irresponsabilidad, esos son los colores de los escritores, publicistas, los analistas de hoy. La reciedumbre y la seriedad son virtudes del pasado.